Bajo cada linea de luz
las cortinas del tiempo nos arrastran al olvido,
cada encuentro contra la pared, invocando una presencia.
Todas son fallidas e incrédulas jugarretas de la conciencia
sin ninguna respuesta alentadora.
Son las frías noches
las que me remiten a mis recuerdos,
son aquellos reflejos dentro de un cristal
que me hacen ver mi silueta
tan distinta a lo que es en realidad...
Durmiendo sobre el sol de medio día
en un lugar donde la sombra y la añoranza
quiebran los recuerdos turbios de un beso sin esperanza.
Y habitan cohibidos,
aquellos quebrantos de un corazón esperando a la vieja reina.
Llegando la noche que erradica con mis distractores,
al besar el fantasma que revienta tu cristal,
la locura se asemeja a un vino que me veo obligado a tomar
para sobrevivir a la agonía de convivir con mi presencia en soledad....
un temor que me arranca de mi realidad e invento delirios,
delirios de apetitosa condolencia para subsistir unas horas mas.
Y para que al amanecer, descubra que las mentiras
son sólo la antesala a pasiones vanas y viejas.
En tu cuerpo encendí cada luna nueva
que transita furibunda sobre una linea de bellas velas
abogando por mis recuerdos, recuerdo la calma antes de la tempestad.
Teníamos el mundo en las manos;
y no nos dábamos cuenta si se pudiera regresar.
y no nos dábamos cuenta si se pudiera regresar.
Poco a poco,
cada noche y cada mirada al principio
nos hizo ver como dos simples desconocidos
que se encuentran en los umbrales del placer.
Tomados de las manos, ansiedades bajo el brazo
en el tiempo se depositaron nuestras claves y secretos
vulnerabilidades...que nos generan una suerte de espejismos y masoquismos
de deleznable naturaleza.
Juntos mirando a la ventana la ciudad y sus estrellas
nos regalaban la serenata que nos presentaba en nuestros propios espejos
como seres sin semblanza...en búsqueda de complementarnos
y crear nuevas historias,
una nueva manera de amar.
Teníamos el mundo en nuestras manos...y no queríamos ver lo que acontecía en nuestra soledad
que poco a poco fue creciendo y no quisimos mirar.
Cerré los ojos esperando explicar aquella ausencia que nos distanciaba mas y mas...
con el paso del tiempo y las edades...el dolor suele llegar.
Sólo esperé un minuto
una señal cuando las luces perecieron,
aquella respuesta de una pregunta ingenua:
"¿Me recordarás por la mañana?"
Esperando con ello, capturar nuestras miserias
en una escena de blanco y negro.
Una medida desesperada de salvar lo nuestro.
Y sólo nos queda por leyenda,
aquella frase que hundida en arena
nos marca una nueva marcha...
un silencio, de aquella noche donde nos dimos cuenta,
que las pasiones nos generan demencia.
No soy infalible ante los juicios del amor...
la vulnerabilidad acalla mis intentos de huida
pero mi sombra al caer a tus pies,
se encuentra desfallecida a tu misterioso destino...
Incluso cuando intento buscarme,
la luna y sus luminosas condenas me recuerdan que sólo estoy
en este juego de jugarretas sin conciencia.
Desnudo y temeroso ante el juicio de la más dura verdad...mi realidad.
Resaltando su terrible apariencia a la luz de las bellas estrellas...
una belleza mortal.
una belleza mortal.
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