para tener algo a qué aferrarnos,
dejar cerrar las heridas y comenzar a herirnos de nuevo
bajo el manto de un amor sutil.
Una locura se iba gestando, entorno infinito.
Nunca quisimos comprender las consecuencias y los entierros,
un momento pacifico a mitad del caos, un pedazo de ambos que fue doloroso dejar a un lado.
Ahora la resaca de tu ausencia crispa en el cuerpo, dolor necesario.
En lienzos que anidan sobre el tiempo,
aun persiste tu cuerpo desfallecido, tu mirada de cristal....
y un abrazo inexistente que se niega a morir.
Y a pesar de la angustia de nadar en mares negros,
te inventaré nuevos nombres, para evadir el pasado triste que atrapa a la piel que tenemos en común y sobrevivir con los momentos fugaces, las noches y los infiernos placenteros.
Y al aferrarme aún al olor que habita en mi habitación un río gris desdibuja la esperanza
que descansa a lo largo del cielo...sométeme al desafío de desnudarlo e iniciar de nuevo. Por mis propios medios soy pasividad y sosiego.
Tiemblo y quiebro, difícil arrastrar grilletes teniendo la llave en una respuesta clara....
Usa la palabra perfecta que me haga rectificar, y aun con la herida, me invite a enterrar la locura, la manía de crearte un altar perpetuo
Usa la palabra perfecta no importa la naturaleza, si es verdad o mentira, es preferible desaparecer aquel ahínco invasor que destruye nuestra conciencia, que vivir con tu persona difusa en la lejanía...
Esperando un mañana aunque esté hundido en cenizas de algo que no será....
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