EL GRITO-EDVARD MUNCH |
La noche viaja en un tren sin nombre,
sin rumbo y sin objetivo aparente.
A pasos vertiginosos, la locura se apiada de aquel momento
donde la fe y la subsistencia son primero.
Recostando mi cabeza sobre la almohada,
veo las estrellas opacarse
ante el sonido de las masas
demostrando con ello,
lo siniestro que habita en nuestras almas.
Recostando mi cabeza sobre la almohada,
veo las estrellas opacarse
ante el sonido de las masas
demostrando con ello,
lo siniestro que habita en nuestras almas.
Una sacudida violenta anuncia el arribo
hacia la tierra donde los hombres sin rostro
se esconden entre los callejones,
esperando salvar un poco de su honor...
para no perderse ante la verdad de su locura.
para no perderse ante la verdad de su locura.
Poco a poco los colores se distorsionan, el panorama cambia la sensación.
¿Será acaso, que en la proeza de buscar amor, sólo nos perdimos más de lo que ya estábamos?
En aire se percibe la confusión
apagando las voces poco a poco.
Y entre el tumulto, un barco aborda en las conciencias.
de manera sutil, pero fatal.
de manera sutil, pero fatal.
Un ruido blanco recita con engaños,
que la ausencia de la inconsciencia es la más pura de las amantes,
tan sincera y profunda
tan sincera y profunda
que logra sacudir con ello, historias y miserias.
Ante toda esta información
que repito con insistencia ante mi reflejo,
Ante toda esta información
que repito con insistencia ante mi reflejo,
sólo me queda cerrar los ojos para no ver,
para callar lo que mi interior quiere clamar.
Mis manos tiemblan
y con gran asombro percibo,
que nuestras sombras andan cerca...
Y en cada mísera tortura,
las calaveras de nuestro ayer,
entonan palabras huecas.
entonan palabras huecas.
Tal vez, algunas voces nunca se terminarán de concretar
y solo se dediquen a deambular
en el lado oscuro de la luna.
Y mientras el silencio se va haciendo absoluto,
frente a nosotros mismos nos encontramos con algo mas que verdadero,
con algo que nos limita a una sola cara de lo que se dice, es "real".
Y aunque el fuego de nuestros errores nos llegue a incinerar
y la petulancia de mantener a los cadáveres del pasado a nuestro lado
nos esté pesando cada vez mas y mas,
no pretendemos alejar la vista de nuestro incierto féretro,
por temor a romper el espejo de papel.
Es el temor de no ver las estrellas,
es el pavor de no asomar la cabeza
de encerrarnos en un grito...
una agonía cada vez más siniestra.
Me encanta!! :D
ResponderEliminarGracias linda MissMica! un abrazo
EliminarEs muy bueno. Felicidades.
ResponderEliminar¿Sabías que el cuadro no es sobre el grito del personaje, sino sobre el grito del paisaje que estremece al personaje? Munch contó su propia experiencia al respecto, y relata lo que sintió en este lugar, que debe ser ciertamente pertubador.
Un abrazo.
Mariaje López.
De hecho si sabía que Mr. Munch había pintado el Grito por el cielo color sangre y el panorama que le generó un tremendo horror. Muchas gracias por escribirme y por mostrar interés en mi arte, un abrazo Mariaje!
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