Mimetismo (1960)

Mimetismo-Remedios Varo (1960)

Oí a la noche gritar

su amorosa condena,

hermetismo en mis dudas

que no pude aclarar.

Sintiendo como el silencio

dominaba mi garganta.

Aquellos sonidos
que mi pasado y presente evocaban con cierta frecuencia,

sólo son un pequeño montículo de polvo 

almacenado en el flujo de mi conciencia.

Perteneciente de la nada

al caer el alba, 

sólo los latidos de mi encierro

y una extraña causa son los que retornan

a la nostalgia de mi celda.

Sea fina o austera,

depende del día o de la calma interna.

Esperando una verdad

algo que me ayude a mitigar

la sombra con la que mis manos se atan,

para  iniciar el rito

ese vicio  de amar,

de adorar figuras de humo,

sin delicadeza,

sin desidia,

sin respeto siquiera.

Cada uno de mis pecados tatuados en mi cuerpo

me cuentan cada traición del Ello,

me amenazan con dejarme caer al vacío

de las costumbres y remordimientos.

Son incontables las veces 

que mi cuerpo ha pedido vestirse de provocación,

de adorar figuras que ya no puedo recordar

y las que aún me faltan por olvidar.

Y cada uno de esos recuerdos me hacen ser libre,

(en mis sueños solamente).

Mientras la mirada de aquella musa del ayer,

me mira como un gato a la luna de noviembre;

armo la huida hacía la tumba que me libre de aquellos ruidos de mi sótano.
Y siempre termino tentado a formar parte de su encanto,

a apoderarme de su mimetismo...
de acariciar sus cabellos,

de complementarme en cada uno de los habituales escenarios
postergando la verdad de mis ya ancianos deseos.
Para aferrarme al cuerpo que en su momento,
me dio calidez entre sus manos,
aferrarme a lo que ya no es tan ajeno.
sucumbir a los deseos y de aquella mala costumbre que causa

el amar lo ya conocido...