Dante Guevara Bendezu-Pareja |
No hay manera de remediar las
heridas que provoco con las palabras.
No hay manera de que cambie mi percepción del mundo y del ser mismo.
No hay manera de arrojar mi esencia al marco de lo bien visto, de lo decente y
permitido, ya que mi naturaleza es siempre ir en contra de lo que me dictan o
abrir ese marco, lo suficientemente amplio, para moverme a mis anchas
respetando sólo aquellas reglas que considere justas...
Tal vez no haya manera de callar
los remordimientos que cargo cuando en vías de la ira, pienso de manera lejana,
volar por otros rumbos sin tu compañía, aún escuchando tus palabras...tu gusto,
tu pasión de construir sueños junto con los míos.
No hay manera de calmar aquellos
instintos que te han generado decepciones, dudas y dolores, ya que mi
naturaleza va más allá de todo placer permitido... y el sólo hecho de intentar
callarlo es un suicidio a mi esencia...
Y a pesar de las pesadillas y
caídas, de renunciar a las leyes de un Dios colectivo, de renunciar a la vida
perpetua con un ser que se dice ser amado, dado que en el corazón humano, los
reinados cambian con el tiempo y con los mandatos internos...puedo decirte, que
dentro de estas palabras, las luchas que se libran día con día me llevan a la
conclusión de que:
No hay manera de que cambie mi
manera de idear juegos, detalles que te hagan expresar esa sonrisa que tanto me
agrada.
No hay manera de que borre tan
deprisa el hábito de escuchar tu voz profesando un amor tan puro que me
emociona de una manera que pocas veces he podido expresar.
No hay manera de que borre toda
una vida a tu lado, que clavada como un tatuaje se encuentra y se hace latente
por medio de frases. En un devenir diario donde aspiro a tener tan siquiera, un
poco de ese lado tan humano, noble y puro. De esforzarme para compaginar al Mr
Hyde y al Mr Jerkyll que habitan en mi ser.
Y tal vez no haya manera de que
borre de forma inmediata, todas esas noches a tu lado, todas tus caricias y
comidas, todas esas charlas donde nuestras almohadas fungen de maquinas
misteriosas dispuestas a satisfacer nuestros deseos y aspiraciones...tanto como
pareja, como colegas, como cómplices, como poetas del raciocinio humano, como
los dos excéntricos pseudoegocéntricos que enmascarados de nuestros triunfos,
pretendemos tirarnos a matar pero, "sin hacernos daño grave". Curando
nuestras heridas con una gota de pasión y complemento que sólo los amantes
confabulados con la seducción sincera y un matrimonio en pañales suele tener...
Y como un Icaro que cayó al mar
al sucumbir a los deseos de alcanzar lo inalcanzable, me propuse sin mantener
una promesa coherente y consciente, de arribar a los confines de tu alma, de
dejar clavado mi nombre en el libro de tus recuerdos...de amarte al grado de
dejarme en la miseria emocional, para posteriormente revivir, con más pasión y
retomar el vuelo con más fuerza y consciente de que el amor sin un toque de
canibalismo, de voracidad, sencillamente no tiene lugar.
Y eso, amor mío, no hay manera de
que se pueda borrar en tu ser, ni en el ser que armamos cada que nuestros
cuerpos, mente y corazón se unen y dan lugar a esa magia difícil de expresar
con palabras....
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